Nuestro compromiso con la protección de los derechos humanos y laborales es fundamental para crear un lugar de trabajo saludable. Nuestras políticas mitigan el riesgo de contratación de mano de obra infantil y nos permiten defender la igualdad de género y la igualdad de oportunidades en el empleo, así como la libertad individual de asociación.  

Más del 40% de nuestra plantilla actual son mujeres; todos los empleados son remunerados en función de la experiencia y el puesto. También contratamos y formamos a residentes locales, de los cuales el 57% proceden de regiones rurales. Por último, todas las operaciones con sede en Miches son apoyadas  a través de los programas de desarrollo comunitario de la Fundación Tropicalia. 

Cuando la República Dominicana declaró el estado de emergencia en todo el país, las empresas a nivel nacional se enfrentaron a las devastadoras consecuencias de esta paralización social y económica. Durante estos duros momentos pudimos apoyar a nuestros empleados y adoptamos un horario de trabajo flexible y a distancia para garantizar su salud y seguridad y ofrecerles dentro de lo posible equilibrio entre la vida laboral y personal, ya que este fue drásticamente afectado. Estos esfuerzos contribuyeron con la continuidad de nuestro negocio a corto y mediano plazo durante las fases iniciales de la pandemia. 

Luego de unos meses, aplicamos una política de reincorporación gradual y escalonada al trabajo; pusimos en marcha los protocolos de seguridad COVID-19 y programamos videoconferencias bimensuales con toda nuestra plantilla para asegurarnos de que siguiéramos conectados. Como muchos otros, lamentablemente tuvimos que tomar decisiones difíciles y reducir nuestra plantilla en un 20%. A finales de 2020, teníamos un total de 21 empleados de entidades afiliadas trabajando para Tropicalia en la República Dominicana, con una tasa de rotación del 12,5% debido a nuestra reducción de plantilla como consecuencia de la pandemia.